Cada día mas, el oficio del diseñador se amplía a ámbitos que van más allá de lo meramente visual o táctil. Se incorporan en los requerimientos y en las búsquedas , otros espacios sensoriales, la sonoridad , el gusto, el olor . El diseño se expande a experiencias en todo tipo de ámbitos y es asi que debemos conocer, experimentar, construir propuestas que toquen dichas experiencias.
Lo cotidiano, habitual, rutinario, nos lleva a un cierto grado de anestesia sensorial. El exceso de estímulos, obliga al cuerpo a “olvidarse”, a perder su delicadeza en la percepción. Nos interesa atender a este fenómeno, recuperar en esta experiencia la delicadeza y la profundidad de las sensaciones, que no por elementales son menos profundas.